En esta Navidad donde el bullicio del afán y de las formas mediáticas adormecen nuestros sentidos y ocultan temporalmente y superficialmente el sufrimiento del hombre; es nuestro deber como cristianos seguirle anunciando al mundo que la solución es Jesucristo, no el de la religión sino el de la relación, el que es amigo y salvador. La Navidad es recordarle al mundo que Jesucristo es un regalo de Dios, el cual se puede disfrutar. Sólo hay que aceptarlo y rendir la voluntad a él.
¡Feliz Navidad! Quiere decir que la vida puede cambiar para bien, no busques más en el hombre, busca en Dios.
El nacimiento, la crucifixión y la resurrección Jesucristo son la prueba de amor más grande de Dios para la humanidad. Hoy necesitas tomar una decisión sobre esta verdad. Si este es el deseo de tu corazón te invito a que hagas una oración ahí donde estás, quizá en tu mesa, en tu trabajo, en tu automóvil, con tu familia, en tu alegría o en tu adversidad y sólo dile a Jesús: Entra a mi corazón y has de mi la persona que tú quieres que yo sea. Quiero una nueva oportunidad para corregir mis faltas y pecados y conocer tu propósito para mi. Amén.
Juan 3:16, 17
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